Me complace presentarles en estas palabras, un pequeño extracto de mi último libro: La Pandemia de los Edulcorantes; el cuál próximamente podrán encontrar disponible para toda la población, tanto en español como en náhuatl. Porque la salud pública debe ser una prioridad de todos los mexicanos.

Según datos de la BBC (2020), en México; los mexicanos consumen un promedio de 150 litros al año de bebidas azucaradas, poniéndonos muy por encima de la media aritmética mundial que es apenas de 25 litros.

Este consumo excesivo de azúcares, tiene consecuencias directas en nuestra salud, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2, enfermedades cardiovasculares, calcificación arterial coronaria y el denominado síndrome metabólico, el cual se caracteriza por un aumento en los niveles de triglicéridos y disminución de colesterol HDL; entre muchas otras enfermedades.

El problema con las bebidas es que son silenciosas, ya que en apenas 600 ml podemos encontrar hasta 12 cucharadas cafeteras de azúcar; lo que no solo cubre, sino sobrepasa el consumo que un adulto debe consumir de azúcares para todo el día hasta en un 252% según datos del INSP (2020).

A pesar de que, en México, se cobra un impuesto especial a las bebidas azucaradas, y se han tomado medidas en las escuelas para reducir su consumo; los expertos en salud coinciden en que los verdaderos cambios se dan con cambios en los hábitos de salud, pensando a largo plazo; acompañado siempre de la información necesaria para tomar decisiones que repercutan en nuestro estilo de vida.