En México debemos considerar al litio como un motor para generar riqueza nacional

Este año, los precios del litio han subido un ochenta por ciento y, esta circunstancia no ha pasado inadvertida por los hombres visionarios de negocios; como el caso de Elon Musk, consejero delegado de Tesla y el hombre más rico del mundo, quien ve una clara oportunidad en el litio, por la alta demanda que se espera en el futuro.

Apostó por el refino de litio, asegurando que el auge del sector en los próximos años equivaldrá a tener «una licencia para imprimir dinero». «No se puede perder», aseguró el magnate.

Consideró que lo complejo es convertirlo en el tipo de litio refinado útil para ser empleado en las baterías que luego alimentarán los diferentes dispositivos electrónicos, especialmente los vehículos eléctricos hacia los que parece moverse la industria automovilística.

Los elevados precios del litio han incrementado las posibilidades para que el empresario Elon Musk, decida comprar una empresa minera establecida; esto con el motivo de elaborar su propio suministro del metal para los vehículos eléctricos de Tesla Inc.

El litio es un mineral estratégico para la nueva economía y la electromovilidad, cuya demanda para su uso en baterías se ha disparado en este año, llevando su precio a crecer un 120 por ciento desde enero y casi un 400 por ciento en los últimos 12 meses, según datos de Benchmark Mineral Intelligence.

En 2021 se vendieron 6.75 millones de vehículos eléctricos, lo que supuso doblar las cifras de 2020, un año flojo en ventas por la pandemia. Este año se espera que la cifra supere los 9 millones de vehículos. Y esto es solo un fragmento del mercado de baterías de litio en todo el mundo.

En ese contexto, en México debemos considerar al litio como un motor para generar riqueza nacional y poder destinar ganancias para el pago de la deuda externa; por ello, se propone un Fondo Soberano para distribuir ganancias a la población y generar inversiones directas a favor de la población.

Los fondos soberanos son creados por países que disponen de un exceso de ahorro como consecuencia de la explotación de los recursos naturales o de su presupuesto anual; su objetivo fundamental es invertir esos recursos extraordinarios y crear a largo plazo, con ello, una nueva fuente de ingresos.

La creación de este fondo en la rama mineral traería dos beneficios específicos: distribuir ganancias para la población y la generación de inversiones directas a favor de dicha población, a través de lo generado por la exploración, explotación, manejo y rectoría del litio, minerales preciosos, minerales estratégicos, tierras raras, agua y recursos naturales.

Tan sólo hay que recordar que, en la rama minera, la producción minero-metalúrgica pasó de 281 mil millones de pesos en 2020 a 338 mil millones de pesos en 2021.

No hay que olvidar que esas cadenas de valor se administrarán con un organismo público descentralizado, en tanto que será el Servicio Geológico Mexicano quien auxiliará en la ubicación y reconocimiento de las áreas geológicas en las que existan reservas probables del litio.

Y lo más importante es que en la explotación del litio y esas cadenas de valor será deber del Estado proteger y garantizar la salud de los mexicanos.

Sin duda, un acierto del presidente Andrés Manuel López Obrador el reservar el manejo, la explotación y exploración a la Nación para proteger a las siguientes generaciones.