El uso faccioso de la tecnología se ha convertido en una constante en México en el tema del robo de identidad, utilizando como gancho los préstamos exprés traducido en un acoso digital que representa la pesadilla de quienes, en medio de la necesidad, ven la oportunidad de tener acceso a un crédito negado por una institución bancaria.

De la misma manera, se han detectado de prácticas que incluyen también el uso de la apps para ofrecer trámites en instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o de créditos hipotecarios, a cambio de un depósito con la promesa de agilizar los servicios requeridos.

De acuerdo a datos de la Policía Cibernética de la Guardia Nacional, en nuestro país los fraudes de comercio y préstamos electrónicos son los delitos que en mayor medida se reportan ante esta instancia; el 64% de las víctimas de fraudes y el robo de datos (doxing) en préstamos por apps son mujeres, el 56.5% de las personas tienen entre 26 y 40 años.

Más del 50% de los casos provienen de la Ciudad de México y el resto de otras entidades de la República como el Estado de México, Veracruz, Puebla, Jalisco o Tabasco a través de 130 apps que defraudan y emplean cobranza ilegítima, bajo esquemas de extorsión y amenazas con el robo de datos como listas de contacto, historial crediticio y fotografías personales almacenadas en los celulares personales.

De las apps “Montadeudas” usadas para extorsiones y fraudes se cuentan a “Flamingo Cash”, “Águila Desierto México”, “Okrédito”, “Kampala”, “José Cash” y “Listo Buy”, entre otras.

En Puebla, de acuerdo con el último registro de la Policía Estatal Cibernética, hubo un incremento del 43 por ciento de estos delitos en tan sólo un año; en el 2020 se registraron 4 mil 481 delitos cibernéticos a lo largo y ancho de la entidad; en tanto en el 2021 se registraron 6 mil 443.

Ante este crecimiento es importante tomar en cuenta las siguientes recomendaciones a fin de evitar ser víctima de ese tipo de extorsión: evitar dar información confidencial por Internet; evitar dar números telefónicos, publicar claves bancarias, y dar direcciones de ubicación; Evitar tener archivos en los dispositivos con las claves de acceso; crear contraseñas difíciles de adivinar, combinando números, letras mayúsculas y minúsculas y caracteres especiales y, sobre todo evitar ingresar a páginas gratis para bajar música, películas, videos o imágenes.

En este contexto, en la Cámara de Senadores se han registrado iniciativas de distintos Grupos Parlamentarios para atender la seguridad en el espacio digital, con la finalidad de conformar una Ley General en Ciberseguridad para conformar un frente común contra esas prácticas.

La expedición de una Ley General de Ciberseguridad establecería los delitos en materia de ciberataques, así como los términos en que las autoridades de las entidades federativas y los municipios colaborarán con la Federación en dicha tarea, con el fin de garantizar el derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación.