Abastecer en cantidad y calidad, a una población a 15 millones de personas en México (datos de la Universidad Nacional Autónoma de México), que no cuentan con servicio de agua potable en sus domicilios es un compromiso inaplazable, por lo que los sistemas de captación y aprovechamiento de agua de lluvia representan una opción técnica y económicamente viable, para abastecer en cantidad y calidad y asegurar el abasto.

En ese contexto es como se debe fomentar el tratamiento de las descargas industriales y domésticas, considerándolo como uno de los principios que fomentan la política hídrica nacional; esa es la esencia de la iniciativa para el aprovechamiento de aguas residuales.

En Durban, la tercera ciudad más grande de Sudáfrica, desde 2001 se ha tratado y reutilizado una cantidad de aguas residuales equivalente a 13 piscinas de tamaño olímpico para ser utilizada en una planta papelera y una refinería local.

En Londres, del río Támesis –principal fuente de agua de la capital- se recicla indirectamente una cantidad importante del agua potable

El suministro de agua potable en nuestras viviendas (entre 150 y 300 litros por persona y día) como máximo solo el 10% es consumido para uso potable. 

El 60% es para otros usos domésticos como limpieza, riego, etc. (aguas grises) y el 30% restante, lo que llamamos aguas negras, es para el uso en inodoros y arrastres de otros residuos.

Tan solo el 45% del uso doméstico necesitaría una calidad de agua “potable” pudiendo ser el resto susceptible aguas con menor calidad.

En México se consumen, en promedio, 366 litros de agua por día per cápita, según la ONU, lo que lo coloca en el quinto puesto junto a España. Solo lo superan en este ranking Estados Unidos, Australia, Italia y Japón.

En el Valle de México se desperdicia aproximadamente la mitad de agua, según cifras de la ONU; en la capital, según la Secretaria del Medio Ambiente de la Ciudad de México, las tres causas de desperdicio son los problemas en la operación e infraestructura para poder captar y distribuir el agua, los malos hábitos de consumo de los usuarios y la falta de la cultura de reúso, separación y aprovechamiento de agua de lluvia.

La escasez de agua en zonas urbanas empeorará para 2050, según la proyección del estudio publicado en Nature (una de las más prestigiosas revistas científicas a nivel mundial)

México será uno de los 10 países donde aumente más la escasez, según la proyección de los investigadores, que podría llegar a afectar a 74.8 millones de habitantes, lo que representa un aumento de casi el 50%.

Desde el Senado de la República vamos a trabajar por esos 12.5 y 15 millones de habitantes que no tienen acceso a agua potable en México, y que representan a aproximadamente el 10% de la población, ya que forma parte del combate a la marginación y pobreza con actos de justicia social.