El artículo 24 de la Constitución Mexicana señala que toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, en su caso, la que sea de su agrado; es precisamente en la libertad de conciencia en la que debemos reparar en materia de salud ante la gran problemática de obesidad y de diabetes que nuestro país enfrenta.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) registra a México como el país con la tasa de obesidad más alta en adultos, ocupando el sexto lugar en niños y obesidad, seguido por Argentina, Chile y República Dominicana; lo cual desencadenó en un exhorto importante y enérgico para reducir la publicidad de los alimentos procesados anunciados en los medios de comunicación como la televisión, el internet y la radio, principalmente.
No debemos omitir el reporte de la OMS en cuanto a la tasa de obesidad en niños y adolescente entre 5 y 19 años, donde lamentablemente en promedio 15 de cada 100 padecen esta problemática de salud, que llega a desencadenar en problemáticas más graves como la diabetes y enfermedades cardiovasculares.
En este último reporte de dicha organización se calcula que 166 millones de niños y jóvenes presentan sobrepeso, de los cuales 42 millones de ellos son menores de 5 años y, 124 millones fluctúan entre los 5 y 19 años de edad; panorama desolador para nuestra niñez y juventud.
Lo anterior, implica un aumento de 10 veces el número de personas con obesidad en el mundo durante los últimos 40 años, teniendo como particularidad que se agudiza la problemática en los países de bajo ingreso, por lo cual la OMS lanzó un exhorto a la población en general con una responsabilidad compartida.
En ese contexto el Plan Mundial 2018-2030 de la Organización Mundial de la Salud está enfocado a la promoción de estrategias de corresponsabilidad para la creación de sociedades, entornos, poblaciones y sistemas activos para la implementación de estilos de vida saludables, principalmente orientados al impulso de hábitos alimenticios saludables y de actividades físicas que contrarresten el sedentarismo que incluyen en la obesidad.
Por ello, desde el Senado de la República continuaremos con el impulso de iniciativas que coadyuven a la concientización para evitar el consumo excesivo de productos procesados; avances hay porque se implementó la obligatoriedad de los sellos para alertar sobre el contenido de dichos productos.
Adicionalmente, en lo personal continuamos con las jornadas informativas del libro “La Pandemia de los Edulcorantes en México” en todo el estado de Puebla, con más de 270 puntos visitados, donde hemos registrado la preocupación y ocupación de las madres de familia por saber cómo contribuir a evitar la obesidad, contribuyendo a la salud de los suyos.
