En el Estado de Puebla, los logros y conquistas de las mujeres son notorios, reflejados principalmente en la distribución de la población por género. Según las cifras más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), correspondientes al último censo, ellas constituyen el 52 por ciento de la población en la entidad.
Este porcentaje experimenta variaciones a nivel municipal, donde se observa un crecimiento adicional del 1 por ciento en la representación femenina. En promedio, la tasa de crecimiento de la población femenina se sitúa en un 1.34 por ciento anual, evidenciando que en el Estado de Puebla habitan 92 hombres por cada 100 mujeres. Aunque esta proporción ha ido en aumento desde el año 2000, lo que generó un lógico cambio en la dinámica de población.
Las estadísticas revelan que algunos municipios destacan por tener una población femenina significativamente mayor a la masculina. Teteles de Ávila Castillo, Chigmecatitlán, Teopantlán, Huatlatlauca, y San Juan Atenco son ejemplos claros, por cada 100 mujeres, hay 77 hombres. Múltiples factores, como migración, empleo, así como aspectos culturales y religiosos, podrían contribuir a esas diferencias.
Un dato de interés es el cambio en la edad media de las mujeres en el estado. En el año 2000, era de 21 años, para el 2020, aumentó a 28 años, un incremento del 1.45 por ciento. Si esta tendencia persiste, se espera que para el 2030, alcance los 30 años.
Ante este panorama demográfico, se vuelve crucial fortalecer las políticas públicas y el marco legal que garanticen el respeto a sus derechos. Temas como seguridad, empleo y salud deben ser abordados para cerrar las brechas de desigualdad y proporcionar oportunidades que mejoren sus condiciones de vida.
Es imperativo que desde el Senado de la República se impulsen reformas legislativas en beneficio de las mujeres. Dado que muchas de ellas son jefas de familia o responsables de la economía de su hogar, se requieren, por tanto, medidas que fortalezcan el desarrollo a través de su labor.
Es digno de destacar el significativo aporte económico de las mujeres, 26 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, según datos recientes. El indicador refleja el valor de sus contribuciones sólo a través del trabajo doméstico y de cuidado.
Sin embargo, no se puede pasar por alto la preocupante realidad de la violencia familiar, de género y laboral que afecta a las mujeres. Es esencial establecer un marco legal integral para proteger sus derechos, garantizar su progreso y facilitar su desarrollo pleno en los ámbitos personal, laboral, familiar y social. Es preciso encaminar acciones contundentes para erradicar las agresiones, así como crear un entorno seguro y equitativo para las mujeres en el Estado de Puebla.