Con el objetivo de eliminar la discriminación en la esfera pública y privada, incluido el ámbito familiar y, para alcanzar una igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, tanto en las leyes como en la vida real, en 1975, las Naciones Unidas implementaron una fecha conmemorativa en torno al compromiso permanente con el género y sus causas.
Es empoderar a las mujeres en todos los entornos, proteger sus derechos y garantizar que éstas puedan alcanzar todo su potencial como parte de la Agenda 2030; por ello, se trabaja a favor de eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación.
En las Secretarías de Estado, hay un 46.8% de participación femenina en las jefaturas de departamento, en tanto en las subdirecciones y direcciones de área el porcentaje de mujeres se reduce a 37%; mientras que en las direcciones generales adjuntas y las direcciones generales sólo alcanza 28.5% y 21.9% respectivamente.
Se destaca que, las mujeres trabajan menos en el mercado económico, pero trabajan más dentro de los hogares en actividades domésticas (entre la población no económicamente activa las mujeres dedican 38.2 horas y los hombres 22.7 horas a actividades no económicas).
En morena tenemos un compromiso con las mujeres, con su inclusión y desarrollo en las diferentes esferas de actividad; por lo que en el Senado de la República hemos trabajado a favor de ellas, como parte de esa deuda social que tenemos, por erradicar la violencia, la discriminación y las pocas oportunidades que se ofrecen y por las que hay que trabajar.
24 proyectos se han presentado a través de iniciativas de los diferentes grupos parlamentarios, en el consenso que nos da dejar a un lado colores de partidos, porque la causa es una y es compartida…
Vale la pena mencionar que en la Cámara Alta se ha logrado, entre otras iniciativas, que las trabajadoras domésticas cuenten ya con relación laboral reconocida y no de lucro, se garantizó la paridad de género incluyendo a las mujeres indígenas, se impulsó la protección a las mujeres con discapacidad de la violencia, se optimizó la Alerta de Violencia de Género y, un logro muy importante es el establecimiento de sanción para los partidos políticos, candidatos y aspirantes a cargos de elección que violenten a las mujeres.
Hay mucho por hacer, pero lo fundamental es reconocer el liderazgo y la participación política de las mujeres en los puestos directivos, ya sea en cargos de representación popular, en la administración pública, el sector privado o el mundo académico.
Indudablemente abrir estos espacios es una tarea prioritaria para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible antes de 2030, por lo que hay que trabajar para derribar las barreras estructurales creadas por leyes e instituciones discriminatorias que siguen limitando las opciones.