Hablar de la mujer implica un ejercicio de reflexión que nos lleve a tomar acciones con una participación pro activa para asentar las condiciones de un desarrollo seguro y con respeto.
Sin duda, todas y todos tenemos un compromiso con las mujeres, con su inclusión y desarrollo en las diferentes esferas de actividad.
Las mujeres representan un poco más de la mitad de la población, con un porcentaje de 52% (66.2 millones); del total de la población ocupada de 25 años y más que se desempeña como funcionarios y directivos de los sectores público, privado y social, 39.0% son mujeres.
En el contexto político, en 2018, 40.7% de las judicaturas y magistraturas en los juzgados y tribunales superiores de justicia estatales estaban a cargo de mujeres; 48.2% y 49.2% de las posiciones en la Cámara de Diputados y en el Senado estaban ocupadas por mujeres; y en los Ayuntamientos 44.9% eran regidoras, síndicas o presidentas municipales, de acuerdo a datos del Instituto Mexicano de las Mujeres.
Las mujeres son propietarias de un tercio (36.6%) de los establecimientos micro, pequeños y medianos de manufacturas, comercio y servicios privados no financieros (MIPYMES). Las mujeres propietarias contratan más mujeres para trabajar (dos mujeres remuneradas por cada hombre) y 86.1% de su personal permanece empleado durante todo el año.
En lo laboral, la brecha de género en la carga total de trabajo (remunerado y no remunerado) es de 13.4 horas semanales en promedio. La mayor carga de trabajo para las mujeres se refleja en menor disposición de tiempo libre: en promedio 4.2 horas a la semana.
Otros datos importantes que reflejan la realidad de la mujer, los registra la Organización de las Naciones Unidas (ONU):
- Sólo 22 países cuentan con jefas de estado o de gobierno, y 119 países nunca han sido presididos por mujeres.
- Sólo 10 países están presididos por una jefa de estado, y 13 países tienen jefas de gobierno.
- Apenas en 14 países los gabinetes de gobierno han alcanzado el 50 por ciento o más en la representación de las mujeres.
Abrir espacios es una tarea prioritaria, pero más prioritario y urgente es generar las condiciones de bienestar y seguridad para nuestras mujeres; es importante construir desde casa, aquellos valores que formarán mejores seres humanos.
Donde estemos, como estemos, quienes seamos, abonar a condiciones de equidad es un compromiso de vida con nuestras esposas, con nuestras hijas, nuestras hermanas, madres, tías, abuelas, compañeras de trabajo y compañeras de aventuras y retos.
Seamos solidarios y formemos grandes equipos con las mujeres: empresarias, amas de casa, maestras, doctoras, jóvenes, adultas mayores; porque todas son una y una son fuerza para el desarrollo del país.