Puebla es el quinto estado más poblado del país con una de las economías más fuertes, aportando el 3.2% del PIB nacional, teniendo como actividad primordial el sector terciario, siendo el comercio la preponderante.
En el periodo 2018-2021 es notable una variación dentro de las personas económicamente activas, así como en la población ocupada, puesto que en este ciclo se presentó la contingencia a nivel mundial por el Covid-19.
Para el caso de Puebla, el año 2022 fue uno de muchos cambios, específicamente en torno al tema de la informalidad laboral y el desempleo, para el cuarto trimestre de este año se tenía una PEA de 3,016,552 habitantes; habiendo un 60.33% de hombres y un 39.66% de mujeres dentro del ámbito laboral, esto refleja que las mujeres siguen siendo las más afectadas en el ámbito laboral.
De acuerdo con Data México (2022), la Encuesta Nacional de Ocupación Empleo registra que 456 de cada mil desocupados en Puebla están en el rango de 25 a 44 años de edad, representando un 71.3% de la tasa de informalidad laboral, lo que implica que cada vez más población ocupada se sumerge en la economía informal.
Por ello, proponemos como acciones inmediatas, realizar talleres especializados que permitan explotar las habilidades de los trabajadores, para que, en caso de no haber estudiado una licenciatura, se pueda desarrollar y profesionalizar su conocimiento.
Es importante señalar que, al ser las micro, pequeñas y medianas empresas el segmento que mayormente genera empleos, se debe impulsar la creación de fondos a crédito perdido para que se genere una competencia entre las pequeñas y medianas empresas (MIPyMES); este crédito no generaría comisiones ni intereses y podría ser en un esquema tripartita.
Hay que recordar que el diagnóstico Por Amor a Puebla se sustenta en el humanismo mexicano del presidente Andrés Manuel López Obrador y, en escuchar a la gente sobre las necesidades más apremiantes para atenderlas de manera pronta.
Ante ese panorama, el fortalecimiento de las MIPyMES requiere de acciones inmediatas para su reactivación, como lo es la implementación de paneles solares en comercios familiares para el ahorro de consumo y costo de energía; lo que sin duda, fortalecería que un mayor número de personas instale un negocio con ese tipo de incentivos.
Debemos promover el bienestar común a través del cooperativismo y la economía solidaria, para lograr un mayor beneficio en la satisfacción de las necesidades de las personas.