En el mundo, se contabilizan a 200 millones de personas entre 15 y 24 años que representan el 16% del total de la población; de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en México hay 31 millones de personas entre los 15 y 29 años que representa el 25% de la población y, en Puebla cerca de 1.8 millones de jóvenes que representan casi el 30 % del total de habitantes.
En tanto, la proporción de personas que buscan activamente un empleo y no lo encuentran de ese segmento de población es de 7.2 %, mientras que las oportunidades laborales para las personas de 25 a 44 años y de 45 a 64 años es mayor en una proporción de 2 y de 3 a 1, respectivamente; lamentablemente es en este sector juvenil donde se presenta un mayor índice de desempleo.
Más allá de la percepción equivocada que se generó en el arranque de este esquema, que nada tiene que ver con fomentar el ocio en los jóvenes, este programa de gobierno une la experiencia y apertura de los centros de trabajo con ese ímpetu de este sector de la población para impulsarlos en sus primeras oportunidades laborales en México.
De esa manera, se busca contribuir en la economía de los beneficiarios y sus familias; es un esquema que se brinda a jóvenes entre los 18 y 29 años que no estudian ni laboral pero que requieren de una capacitación en centros de trabajo donde desarrollen diversas habilidades en un plazo de 12 meses como máximo.
Durante esta capacitación, las y los jóvenes reciben una aportación gubernamental de 6 mil 310 pesos mensuales, incluido un seguro médico por parte del IMSS, teniendo como obligación insertarse en una empresa establecida como parte de un servicio con funciones específicas, para que en un año tenga la oportunidad de que lo contraten de manera formal en la organización.
Este programa gubernamental proyecta un impacto a mediano plazo pues pone las bases para que las y los jóvenes consoliden su espíritu emprendedor con una primera experiencia de capacitación de haber estado en un centro laboral, para iniciar su propia organización con innovación y desarrollo económico.
Hagamos de la juventud, uno de los centros detonantes para el desarrollo económico y las decisiones para generar una revolución de las conciencias que consolide un entorno con justicia social y distribución de la riqueza en comunidad a través de la inclusión de este importante segmento de la población.
